Una artista destruye 300 plagios de su obra en un acto en Valencia

Una artista destruye 300 plagios de su obra en un acto en Valencia

Rosa Torres exigió una mayor protección de la propiedad intelectual para impedir que se sucedan casos como el suyo.


Diez son los años que ha durado el litigio de la pintora valenciana Rosa Torres (Valencia, 1948) para destapar la verdad sobre el perjurio cometido contra su obra.


La sinuosidad de sus paisajes, repletos de colorido, formas abstractas y belleza a partes iguales suscitó el interés de Agustín Jiménez, artista hoy en paradero desconocido.
Al fugado se le encomendó la tarea de dar vida a los establecimientos de una conocida cadena de clínicas estéticas española.


Para ello Jiménez, tras haber conocido la producción de su compañera de gremio valenciana, llevó a cabo un flagrante plagio de la misma.


Torres no reparó por su parte en afirmar que en dichas copias «se ha introducido cambios en las formas y colores» que «destruyen la configuración estética de la obra».


Amigos y familiares cercanos pusieron en sobreaviso a la artista al comprobar que las composiciones que decoraban los centros estéticos se trataban de reproducciones en calidad inferior de sus cuadros.


Desde ese momento, figuras como las de Alexandre Devís, de la Asociación de Artistas Visuales de Valencia, Alicante y Castellón respaldaron y dieron asesoramiento a Rosa Torres hasta que, una década después, el tribunal falló a su favor.


La artista protagonizó así esta semana una performance en el Centre del Carme de Valencia, donde tras haber pintado la palabra inglesa fake (falso) en los plagios, procedió a su destrucción a la vista de todos los asistentes.
Al finalizar, tanto Torres como José Luis Pérez, director del centro defendieron la necesidad de proteger la propiedad intelectual del artista para evitar que acontecimientos similares se repitan en el futuro.

Una artista destruye 300 plagios de su obra en un acto en Valencia