Un equipo de científicos descubre la primera emisión de radio procedente de un planeta extra-solar

Un equipo de científicos descubre la primera emisión de radio procedente de un planeta extra-solar
Investigadores de distintas universidades e instituciones del mundo han descubierto una ráfaga de emisiones que podrían corroborar la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra.

 

El último número  la revista Astronomy & Astrophysics ha sido el encargado de divulgar el que podría ser uno de los hallazgos más importantes de los últimos años: la aparición de una señal de radio procedente de la constelación Boöte, a 52 años luz de la Tierra.


Según los sistemas de detección espaciales, esta emisión procedería de lo que actualmente se denomina como un exo-planeta, cuerpo que orbita alrededor de una estrella diferente al sol.


El equipo responsable del descubrimiento se encuentra conformado por Jake D. Turner, de la Universidad de Cornell, Philippe Zarka, adjunto al Observatorio de París y Jean-Matthias Grassmeier, de la Universidad de Orleans.


Son este grupo de investigadores los que, valiéndose de una radiotelescopio de tipo LOFAR (Low Frequency Array) que no es sino una red de 50.000 antenas repartidas en toda Europa y que opera a muy baja frecuencia, han logrado descubrir ondas de radio procedentes de un sistema estelar que alberga un planeta del tipo «Júpiter Caliente», compuesto por gas y cuya trayectoria pasa muy cerca de la estrella que orbita.


Los indicios apuntan a que en este cuerpo celeste recién descubierto podría existir vida, aunque no del modo en que nosotros lo entendemos.


Según apunta Philippe Zarka, la existencia de una «burbuja» magnética a su alrededor es un elemento idóneo que podría propiciar el escenario para el desarrollo de una forma de vida. No obstante, se dan otros tipos de criterios que harían inviable cualquier tipo de existencia como es el caso de la temperatura, que sería sumamente elevada debido a su proximidad con la estrella a la que orbita. 


«Presentamos uno de los primeros indicios que existen de la detección de emisiones de radio de un exo-planeta —explica Jake D. Turner—. La señal procede del sistema Tau Boötes, que contiene una estrella binaria orbitada por un planeta. Abogamos por una emisión del propio planeta, ya que debido a la fuerza y polarización de la señal de radio y el campo magnético planetario, es compatible con las previsiones teóricas».


La observación y análisis del campo magnético de un exo-planeta permite a los investigadores conocer algunos aspectos claves del mismo como bien pudieran ser las propiedades interiores y atmosféricas del orbe.


Hace ya dos años, Turner y su equipo examinaron en profundidad la firma de radio de Júpiter para así elaborar «una plantilla» que permitiera el cotejo con emisiones de otros planetas extra-solarse que se encuentran a una distancia entre 40 y 100 años luz.


Tras largas horas estudiando de forma concienzuda este planeta de tipo «Júpiter caliente», se llegó a la conclusión de que este se encontraba en Tau Böotes:
«Aprendemos de nuestro propio Júpiter como es este tipo de detección. Fuimos a buscarlo y lo encontramos», afirmó Turner.


No obstante, la firma detectada es muy débil, de modo que sigue contemplándose desde el equipo la posibilidad de que la emisión de radio detectada realmente pertenezca al planeta.


Las emisiones de las ráfagas de Tau Boötes se encuentran comprendidas entre 14 y 21 MHz, una señal que podría asimismo encontrarse originada por erupciones estelares.


«Hay un 98% de probabilidad de que la señal sea fiable», comentó Philippe Zarka, reincidiendo en que aún persiste una pequeña duda sobre la posibilidad de que la señal emane de su estrella. «Para estar realmente seguros, haría falta un 99,9% de probabilidad. Habrá que continuar con las observaciones, lo cual está a nuestro alcance», añadió el astrofísico francés.


Por este motivo, se ha iniciado una ardua campaña con la que se pretende confirmar el hallazgo a través de múltiples radiotelescopios.


De verificarse, podríamos cubrir nuevas formas el estudio de planetas alienígenas que se encuentran a largas distancias del nuestro propio. Así mismo, el descubrimiento abre un nuevo terreno de investigación que permitirá ahondar en la cuestión de si los planetas extra-solares podrían ser habitables en el futuro por seres humanos: «El campo magnético de exoplanetas similares a la Tierra puede contribuir a su posible habitabilidad», finalizó Turner.

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