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Lo que se esconde bajo Ceuta

Lo que se esconde bajo Ceuta

Cada vez que en Ceuta se excava aparecen restos de cualquier época, hecho lógico si consideramos que nuestra ciudad ha sido un enclave habitado desde épocas prehistóricas. Cada una de las culturas y civilizaciones que han vivido en nuestra ciudad han dejado rastro de sus creencias, sus ritos y sus enfermedades. Así, han aparecido durante la excavación del antiguo cuartel del Brull restos de una de las epidemias que más ha azotado en nuestra especie en todo el viejo continente, la peste bubónica.

Cada vez que en Ceuta se excava aparecen restos de cualquier época, hecho lógico si consideramos que nuestra ciudad ha sido un enclave habitado desde épocas prehistóricas. Cada una de las culturas y civilizaciones que han vivido en nuestra ciudad han dejado rastro de sus creencias, sus ritos y sus enfermedades. Así, han aparecido durante la excavación del antiguo cuartel del Brull restos de una de las epidemias que más ha azotado en nuestra especie en todo el viejo continente, la peste bubónica.

La Consejería de Educación y Cultura ha culminado la última campaña de excavaciones arqueológicas en el antiguo cuartel del Brull, en la que se han documentado restos de época tardomedieval y del siglo XVIII, según figura en la memoria de los trabajos. Esta información es de interés y permite conocer con mayor detalle dos momentos decisivos en la historia de Ceuta.

La campaña, financiada por la Ciudad Autónoma y dirigida por el arqueólogo municipal Fernando Villada con apoyo de la empresa Murex y la restauradora Ilaria Scalia, se ha desarrollado desde mediados de marzo hasta principios de este mes.

La excavación ha consistido, en una primera fase, en la ejecución de ocho sondeos con   medios   mecánicos   a   fin   de   identificar   la   presencia   de   posibles   restos arqueológicos. Una vez concluida se ha procedido a la realización de una segunda fase, en la que se han llevado a cabo dos sondeos manuales en una superficie aproximada de unos 40 metros cuadrados.

La secuencia de ocupación de este lugar, según han podido determinar los técnicos, se inició en época almohade procediéndose a su abandono u ocupación en precario a partir de inicios del siglo XV. Posteriormente, este espacio fue utilizado como cementerio en el siglo XVIII durante una de las epidemias de peste bubónica que asolaron la ciudad. Se han excavado dos fosas colectivas en las que se han recuperado restos de al menos 32 individuos. En estas inhumaciones se aportó gran cantidad   de   cal   como   medida   profiláctica   para   evitar   la   propagación   de   la enfermedad.

Los   trabajos   han   permitido   la   recuperación   de   diversas   piezas   metálicas, fundamentalmente bronces, correspondientes a anillos, pendientes, medallas y crucifijos, entre otras. Tras su restauración se ha procedido a su ingreso en uno de los centros de depósito de materiales arqueológicos de la Ciudad Autónoma.

Lo que se esconde bajo Ceuta