El prolífico novelista barcelonés Carlos Ruiz Zafón, responsable de las más importantes obras de la literatura juvenil española contemporánea ha fallecido este viernes a los 55 años de edad, víctima de una larga enfermedad en su residencia de Malibú (los Ángeles).

Desde hacía dos años, el autor había residido en la urbe norteamericana para tratarse del cáncer que padecía y que finalmente, ha podido con él.

«A veces me parece que es mejor no hablar demasiado de los planes que uno tiene o de lo que tiene entre manos en cada momento porque luego uno cambia de idea y termina haciendo algo muy diferente a lo que los lectores esperaban» afirmaba el catalán en una entrevista realizada hacía poco menos de un lustro.

La inclinación de este enamorado de las letras por la creación de historias fascinantes se remonta a su adolescencia y, concretamente, a la mediación de una singular pasión por la literatura gótica y de terror.

No en vano, a través de sus escritos –muchos de ellos radicados en su ciudad natal–, Zafón trataba de recuperar la veta misteriosa y enigmática de la Barcelona que le vio nacer.

En la década de los 90, tras haberse desempeñado brevemente en una agencia de publicidad local, realizó su incursión en el mundo literario con El príncipe de la niebla (1993), ficción de suspense que le mereció el galardón Edebé.

Este título sería el primero de su famosa Trilogía de la Niebla, prestigioso universo novelístico conformada además por El palacio de medianoche (1994) y Luces de septiembre (1995).

Posteriormente y en su afán por desgranar la esencia mágica de su amada tierra, concibió «El cementerio de los libros olvidados», el espacio común más emblemático de la prosa zafoniana que ostentaría una gran importancia en sus siguientes obras.

Tomando dicho emplazamiento como protagonista de su devenir, obtuvo el éxito internacional gracias a La sombra del viento (2001), narración con la que dio pie a una nueva saga literaria imbuida por la intriga más exaltada.

Sucedida por El juego del ángel (2008), El prisionero del cielo (2011) y El laberinto de los espíritus (2016), Zafón se consolidó rápidamente como uno de los autores más importantes de la escena literaria española, posición que aún tras su trágico fallecimiento mantendrá indudablemente gracias a su inestimable contribución a dicho terreno.