En los más pequeños el cáncer más frecuente es la leucemia (30%), seguido de los tumores que afectan al Sistema Nervioso Central -SNC-  (22%) y los linfomas (13%). La supervivencia en los últimos años en nuestro país se ha incrementado enormemente, rondando casi el 80%. En leucemia y tumores del SNC, las cifras se sitúan por debajo de la media, 60% y 70% respectivamente. Para elevar esta tasa es primordial la mejora del diagnóstico temprano y la investigación, que debe convertirse en el pilar primordial de la lucha contra el cáncer.

En contra de la vida, encontramos la falta de personal sanitario y de investigación, la escasez de recursos y las largas listas de espera para acudir al especialista médico. Se hace necesario pues la mayor formación del personal, y sobretodo medidas políticas y sociales que apoyen a todos los niños y sus familias, para que independientemente del punto del país en el que vivan tengan el acceso temprano a las mejores pruebas y a los mejores especialistas en oncología infantil.

Desde el SAE se hace un llamamiento para inclinar la balanza hacia la vida; hacia la inversión, información e investigación. El gasto en estas medidas supone a medio-largo plazo un ahorro económico en el diagnóstico y el tratamiento. Todo esto, debe traducirse en la mejora de la calidad de vida y en un incremento del éxito en la lucha contra el cáncer, especialmente cuando quien lo padece es un niño o niña con una vida completa y plena por delante.