De entre 35 y 45, cualificadas y con 15 años de experiencia: así son las emprendedoras

Descubre cómo es el perfil de las emprendedoras.

El Instituto de las Mujeres publica un estudio en el que ha analizado el emprendimiento digital femenino en España, tanto cómo es su situación y sus características, como en qué se asemeja y diferencia respecto al emprendimiento iniciado por los hombres. Analizamos los datos más relevantes. 

El perfil del empresario ha evolucionado; no solo con la pandemia sino en los últimos años, en los que muchas mujeres se han incoporado al emprendimiento; una importante parte de ellas en busca de una conciliación real tras sus maternidades. Aunque sigue predominando el perfil de mujeres, casadas o solteras, pero sin descendencia.

El perfil de emprendedora se ha consolidado como mujeres de entre 35 y 45, muy cualificadas, y con más de 15 años de experiencia. Así se desprende de un estudio elaborado por el Instituto de las Mujeres bajo el título ‘El emprendimiento digital femenino en España: situación y prospección’. Se trata de un trabajo enmarcado en la serie ‘Mujeres, Tecnología y Sociedad Digital’, publicada en colaboración con el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad de la Información (ONTSI), y dirigido en esta ocasión por Teresa M. Alarcos Tamayo.

El objetivo es “analizar la realidad de las emprendedoras y empresarias digitales, sus principales características sociodemográficas, motivaciones para emprender en empresas de base tecnológica, así como sus principales barreras y retos”, explican desde el organismo público. Bajo esta pretensión se han recogido datos sobre sus características económico-financieras y estudiado las similitudes y diferencias respecto a las empresas fundadas por hombres.

Entre los datos más significativos del estudio se recoge la alta formación de las emprendedoras, no solo con grados universitarios, sino también en su mayoría con máster y/o doctorado. En cuanto a la experiencia profesional, son mujeres empleadas en su mayoría por cuenta ajena en el momento de emprender, con al menos 15 años de experiencia laboral. Muchas de ellas además, según se recoge en el estudio, han llegado a ocupar un puesto de responsabilidad en el mundo empresarial, como mando intermedio o incluso en la alta dirección.

Es por ello que el 82,6 % de las mujeres estudiadas se sienten con capacidades suficientes para emprender a pesar de las carencias en conocimientos de creación y gestión de empresas. De hecho existe casi un perfil común en el tipo de empresas que crean: startup digital que son microempresas con menos de cino años de vida, con entre 0 y 4 personas empleadas (70 %), sin un sector predominante, y que no llegan al millón de euros de facturación en un significativo 92 % de los casos.

En cuanto a la comparación con las empresas creadas por hombres el estudio revela que las empresas digitales de mujeres presentan unas rentabilidades comparables y una mayor solvencia, especialmente en los primeros años de vida, mientras que en los años sucesivos se incrementa una brecha entre ambas, truncando su desempeño financiero y su crecimiento empresarial. Por otro lado, registran menores niveles de endeudamiento y apalancamiento, como consecuencia de la falta de acceso al crédito. Además, el hecho de no alcanzar un determinado volumen les impide acceder a determinadas economías de escala y limita su expansión tanto en el mercado nacional como en el internacional.

Uno de los aspectos que también señala el estudio en este sentido es que las empresas lideradas por mujeres tienden a ser menos ambiciosas, muchas crecen de manera orgánica y apuestan por el bootstrapping con un crecimiento sostenido y limitando. Ante esta situación, desde el Instituto de las Mujeres se recomienda “incorporar la perspectiva de género en todas las políticas, planes y actuaciones que se pongan en marcha para promover y apoyar el emprendimiento en el entorno digital, con el objetivo de eliminar todas las barreras que dificultan el acceso de las mujeres a este ámbito y promover la igualdad real y efectiva de trato y de oportunidades”. 

Así como: “Facilitar una formación específica y accesible en creación y gestión empresarial; visibilizar desde el sector público las startups de éxito, fundadas por mujeres, como referentes de éxito; mejorar el acceso al crédito y facilitar espacios de encuentro con posibles fuentes de financiación; crear fondos, incluido el capital semilla, para reducir la falta de acceso a financiación temprana; eliminar los sesgos de género en las disciplinas en materias STEM, promoviendo la incorporación de niñas y jóvenes a estas disciplinas, y visibilizar mujeres referentes, y Crear puentes en zonas rurales con el emprendimiento, a través de la formación en tecnologías disruptivas que les permitan buscar usos en sus actividades empresariales rurales”.