Conociendo un orgullo europeo: el CERN

Uno de los mayores orgullos ara lucir la bandera azul en nuestros edificios es la enorme riqueza de conocimiento que se está generando al haber eliminado las barreras que, en muchas ocasiones, suponen las fronteras para enriquecer nuestro saber.

Corría el año 1954 cuando doce países europeos decidieron aunar esfuerzos y recursos para la construcción del CERN, siglas en francés que derivan del nombre provisional que recibió Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire. España se unió en 1961, posteriormente abandonó en 1969 y volvió en 1983. Actualmente cuenta con 22 estados miembros.

Este centro de investigación representa el mayor laboratorio en física de partículas a nivel internacional, ocupando 600 hectáreas en la región fronteriza entre Francia y Suiza. En el CERN se ha conseguido aunar la investigación en física básica con la aplicación práctica de este conocimiento que se genera, llevando así la tecnología más puntera a la vida cotidiana. Entre las principales aportaciones del CERN encontramos el World Wide Web, germen del actual internet sin el que mucho ya no podrían vivir. Pero también en los hospitales se aplican los descubrimientos en física de partículas y radiación para el tratamiento del cáncer.

El CERN está constituido por un conjunto de aceleradores de partículas interconectados donde se llevan a cabo cuatro grandes proyectos. En algunas zonas de estos aceleradores se ha desarrollado una tecnología tan puntera que escapa a las películas de ciencia-ficción, así se ha llegado a alcanzar casi el cero absoluto (casi 1 Kelvin) y el vacío que se experimenta es mayor al que puede haber en determinadas zonas del espacio.

Uno de sus primeros logros se produjo cuando los científicos Carlo Rubbia y Simon van der Meer consiguieron el Premio Nobel de Física tras descubrir los bosones W y Z. Sin embargo, fue en el año 2012 cuando pudimos ver imágenes de científicos de todo el mundo brindando por el descubrimiento del Boson de Higgs, una partícula elemental que Peter Higgs había predicho y propuesto en sus estudios teóricos. Lejos debe quedar ya de nuestra mente aquella idea de la secundaria que afirmaba que los únicos elementos atómicos eran el protón, el neutrón y el electrón.

Hoy día, sus esfuerzos se centran en encontrar la antimateria o la materia oscura. Se estima que solo el 5% del universo que nos rodea es conocido. El 95% restante se cree que es energía y materia oscura que aún se desconcoce.

La ciencia ha dejado de ser algo aislado para seres extraños, hoy día llegan a las salas más grandes de cine con películas como la mítica “Interstelar” donde se tratan las teorías de Kip Thorne, y llena nuestros hogares con la elogiada serie de televisión The Big Bang Theory donde el propio Stephen Hawking hizo un cameo.

El CERN no solo es ciencia, es la prueba tangible y real de la capacidad del ser humano de cooperar. Es un modelo de colaboración, donde más de veinte países han arrimado el hombro por una causa mayor: el conocimiento humano. En el CERN se mejora la calidad de vida sin importe el origen o la ideología de quien cada mañana se coloca la bata blanca.