Caballeros de armadura, espada y escudo, y princesas con sus vestidos y tocados; reinas y reyes del Medievo, con Isabel y Fernando -monta tanto, tanto monta- a la cabeza. Divertidos bufones que alegran las calles; cuerpos de danza amenizando el recorrido; herradores arreglando zapatos viejos, maestros de la cestería, de la alfarería, de tantos otros oficios artesanos.

Un viaje a otra época, a varios siglos atrás, a esos años que transcurrieron entre el siglo V y el siglo XV. Recorrer la denominada Edad Media o Medievo. Ese periodo histórico donde Dios y la religión eran el centro de todo; donde gobernaban los feudalismos y los Reyes eran capaces de hacer cualquier cosa a su voluntad; donde los nobles y clérigos vivían en el lujo mientras los campesinos del pueblo aguataban con sus jornales la base de la pirámide.

Regresamos por unos días a ese escenario, de la mano de las ferias y mercados mediavales, tan característicos de nuestro país y que vieron interrumpidos sus actos a consecuencia de la pandemia del COVID-19.

Este pasado fin de semana ha tenido lugar la Feria Medieval -o también llamada del Descubrimiento- de Palos de la Frontera, en Huelva; una de las más importantes de Andalucía y que se entremezcla, debido a la herencia histórica tan presente en la zona, con la historia de las hazañas de Cristobal Colón.

Los mercaderes han llegado de toda España para vender sus productos -desde zonas cercanas como Jabugo, con su jamón, de la propia provincia, hasta destinos más lejanos como el País Vasco, con un puesto de quesos y Txakoli- y mostrar su artesanía.

Pero no solo ha sido tiempo de ‘mercadear’ descubriendo la artesanía y la gastronomía. La feria medieval de Palos de la Frontera, además de decorar todo el pueblo con banderines y dar la bienvenida a palermos y visitantes -muchos de ellos ataviados con los trajes del Medievo-, tiene un amplio programa de actividades.

La fiesta comenzó el sábado con un gran desfile y el sonido de los cañones del Castillo para dar lugar a espectáculos como el de la curandera y el verdugo, el caballero buscando esposa, las danzas medievales, las lavanderas, la guarida del mago, el ciego y el lazarillo, o los gaiteros. Sin olvidar un amplio plantel de actividades para los más pequeños desde una tirolina hasta un laberinto, tiro con arco, peleas medievales o un tiovivo.

Las de la localidad onubense, desarrolladas con normalidad y con un gran éxito de público, pueden ser el pistoletazo de salida para que se recuperen estos eventos por todo el país.

Las jornadas mediavales de Ávila son una de las más populares. Las de El Alamo, en Madrid, normalmente en abril; las de Ibiza, en mayo; las de Sigüenza, en Guadalajara...  Y cuando llega el buen tiempo y a lo largo del verano, el Medievo recorre nuestro país a base de música tradicional, vinos y comerciantes. Incluida Ceuta, que con la llegada de septiembre suele celebrar en un escenario tan icónico como las Murallas Reales su tradicional mercado medieval. Un encuentro que fascina a los ceutíes desde que se instauró esta tradición en el año 2000. Y es que recorrer la Edad Media por unos días es un viaje por la historia que nadie quiere perderse.