Además del dolor, la fibromialgia puede ocasionar rigidez generalizada, especialmente por las mañanas. A ello debemos sumarle la inflamación de manos y pies. Cuando el paciente acude por primera vez a la consulta médica en busca de consejo y ayuda, suele referirse a su problema con un “me duele todo”. Este dolor acaba afectando a la vida social, el sueño y al desempeño laboral y académico de la persona.

Junto a este dolor aparece asociado cansancio, trastornos del sueño, ansiedad o depresión.

Si bien aún a día de hoy se desconoce con exactitud el origen de esta enfermedad poco a poco parecen encontrarse evidencias que podrían ayudar a la prevención.

Un reciente estudio ha comparado dos grupos de mujeres de similares características, unas diagnosticadas de fibromialgia y otras no. El resultado ha sido sorprendente, las bacterias que conforman el microbioma intestinal eran diferentes. Las pacientes afectadas de fibromialgia presentaban hasta 19 especies distintas de bacterias respecto al grupo de no enfermas.

Descartados los factores personales e individuales de cada una de las participantes, solo queda ahora esclarecer si este hallazgo es un marcador de la enfermedad o si contribuye a su desarrollo.

El camino que esclarece los orígenes de esta enfermedad parece poco a poco allanarse y esclarecerse.