Mujeres emprendedoras, cada vez más y más fuertes

Las mujeres emprendedoras son cada vez más y mejor preparadas.

El pasado viernes se conmemoraba el ‘Día Internacional de la Mujer Emprendedora’. Si emprender es complicado para todos, las mujeres aún se encuentran con mayores dificultades y menos recursos. Pese a ello, cada vez son más y más fuertes.

Emprender no es tarea fácil para nadie, pero si eres mujer aún menos. Y si eres madre, todavía se complica más. Sin embargo, al mismo tiempo que complicado, es en ocasiones la única opción real para poder realizarse en un mercado laboral con unas tasas de paro que siguen demasiado elevadas. A ello se le suma que también es a menudo la única posibilidad efectiva de poder conciliar la vida familiar y profesional en un país que poco entiende de conciliación y en el que, al contrario que los vecinos europeos, aún queda mucho camino por recorrer para ofrecer de verdad políticas que faciliten la citada conciliación.

Esta situación hace que aunque las cifras de emprendimiento aún son bastante bajas en nuestro país -a ello se le suma también que los Gobiernos lejos de premiar a los emprendedores continúan subiéndole las tasas, aumentándole los impuestos y negándoles la liquidez-, la cifra haya crecido en los últimos años. En España, la tasa de emprendimientos realizados por mujeres ha aumentado del 2 % al 6 % en los últimos 15 años. Aún por debajo de la media masculina, que se sitúa en un 6,8 %, según GEM, el observatorio mundial más importante sobre emprendimiento.

Gran parte de esas emprendedoras se han convertido en tal a raíz de sus maternidades. De hecho incluso existe una comunidad para agrupar a las 'Madres emprendedoras', una red profesional que alberga a 9.220 madres emprendedoras de 72 países de todo el mundo.

El GEM, en su estudio sobre emprendimiento de mujeres en España, con datos de 2020, también señalaba que pese a ir progesivamente aumentando el número de emprendedoras, la brecha entre hombres y mujeres se marcaba también en cuanto a la continuidad de los emprendimientos, ya que un gran porcentaje de mujeres tiende a abandonar sus emprendimientos alrededor de a los tres años y medio, sin llegar por lo tanto a una fase de consolidación de su negocio.

La pandemia del COVID-19 tuvo terribles efectos, tanto en hombres como en mujeres, obligándoles a cerrar. En febrero de este año las cifras eran que el COVID-19 en apenas medio año se había llevado por delante a 207.000 empresas y a 323.000 autónomos. Pese a ello, muchas personas continúan emprendiendo. En el caso de las mujeres, el temor al fracaso y que perciben menos oportunidades que los hombres son las dos principales barreras a la hora de emprender.

En cuanto a sectores, las mujeres tienden a emprender más en los sectores de servicios y consumo. No existen sin embargo apenas diferencias perceptibles en cuanto al tamaño, orientación al crecimiento o grado de innovación de las empresas que crean hombres y mujeres.

Sí que existe una diferencia, según señala también el estudio del GEM, entre emprender en los entornos rurales, donde los proyectos son menos pero tienden a consolidarse mejor; con emprender en entornos urbanos, donde en general se cuenta con mayores recursos económicos y desarrollan actividades empresariales más innovadoras y con más nivel tecnológico.

El pasado viernes, 19 de noviembre, se conmemoraba el ‘Día Internacional de la Mujer Emprendedora’, una iniciativa impulsada por la organización Women's Entrepreneurship Day Organization (WEDO), en más de 140 países. Y es que pese a las complicaciones y dificultades, ha quedado claro en los últimos años que las mujeres emprendedoras son cada vez más y que son imprescindibles para la recuperación económica, una pieza clave para el progreso y la igualdad de oportunidades.