Los alumnos y las clases empezaron a aumentar, hasta que en mayo de 1996 abrieron por primera vez las puertas de la academia Ecos. Hoy preparan a opositores de todo tipo, trabajan con administraciones públicas, colaboran con numerosas empresas españolas y  participan proyectos europeos.

Empezasteis dando clases particulares en dos aulas y ahora el centro es un referente en formación y servicios a empresas. ¿Qué engloba el grupo Ecos?

Ahora seguimos dedicándonos como base a la formación y después damos una serie de servicios a empresas, como la formación bonificada para empresas, la implantación y seguimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos, cuya normativa cambió hace poco. También damos el servicio de Delegado de protección del datos, que es una nueva figura que surgió  con esta ley.  Tenemos acreditación de la ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) y de la Agencia Española de Protección de Datos para dar formación de Delegado de protección de datos. Somos la única entidad homologada en la ciudad y de las pocas que hay en España. Damos también un servicio de implantación y seguimiento de las normativas para empresas, como las normas ISO 9001, 14001, prevención… etc.

El grupo Ecos tiene también un proyecto en Estepona. ¿Qué tipo de oferta hay allí?

Abrimos nuestro centro en Estepona hace ya un tiempo y, además de trabajar con entidades privadas, hemos abierto nuestra Escuela de Hostelería trabajando con grandes referencias en la Costa del Sol como los hoteles de 5 estrellas Villa Padierna, Los Monteros, Marbella Club o Guadalpín Banús. Trabajamos con la Junta de Andalucía, con el gobierno central, el Servicio Público de Empleo… etc. y tenemos formación en Mijas, Fuengirola, Estepona, Manilva, Alhaurín de la Torre.

La pandemia actual ha cambiado el panorama laboral y el funcionamiento de las empresas. ¿Cómo se ha adaptado Ecos?

Le estamos dando fuerte la tema digital, tanto para empresas como en formación, al servicio de teletrabajo y a la formación online. Ahora mismo tenemos unos 400 alumnos online de formación en ‘streaming’ y en directo y a través de nuestra plataforma digital para oposiciones, servicios a empresas, de formación de todo tipo para alumnos de toda España. Esto es una empresa dinámica. El último viernes de marzo antes del confinamiento del día 13 dimos clase presencial pero la semana siguiente ya se dieron con clases en directo a través de la plataforma de todas las oposiciones menos una. Nos pusimos las pilas a velocidad de vértigo.

¿Los alumnos se han adaptado bien?

La mayoría de los alumnos de oposiciones no han vuelto a presencial. En algunas damos la oportunidad de que los alumnos vengan presencial a la vez que esa clase se emite en directo. Si en un grupo hay 38 alumnos, vienen a clase 4, y te hablo incluso de clases de informática, que hay que aprender con el ordenador. Teniendo acceso a internet, incluso desde el móvil o tablet, puedes seguir la clase, que es interactiva, y puedes participar y hacer preguntas al profesor como si estuvieses en la clase presencial.

¿Qué ha sido lo más complicado de adecuar en esta la pandemia?

Antes en un aula de 30 metros metíamos a 20 personas y ahora necesitamos un aula de 60 para meter a 15 y más con el último B.O.E., donde nos restringen el aforo al 40%. Hemos implantado la teleformación y hemos hecho obra tras obra para adaptarnos. Echo de menos la seguridad jurídica.  Necesitamos que el gobierno central y las Comunidades Autónomas se pongan de acuerdo y sepamos a qué nos vamos atener. No podemos ir haciendo cambios, inversiones, recuperando a gente del ERTE, contratando a personal, ahora sí ahora no… No solo para mi gremio, para todos los sectores. Necesitamos saber a qué nos vamos a atener en cada situación. Creo que desde marzo a aquí ha habido tiempo para programar en lugar de ir siempre detrás de las circunstancias.

¿Qué ventajas encuentran aquí los alumnos respecto a otros centros?

Antes teníamos la ventaja de la presencialidad, a diferencia de otras plataformas online, donde el profesor ni te conoce.  Ahora seguimos teniendo esa posibilidad en algunos casos y la adaptación a la nueva situación con la teleformación. En oposiciones cada uno tiene su temario, su esquema y sus preguntas tipo test pero, además de eso, damos la clase en directo. Así damos un trato infinitamente más personalizado, incluso aunque sea a través de la red, que otro tipo de plataformas donde hay cien mil alumnos. La base de cada clase es una explicación del profesor al que tú le puedes preguntar en el momento. Seguimos teniendo esa cercanía con los alumnos. Todos tienen sus grupos de whatsapp y puedes conectar directamente con el profesor también por correo electrónico.

¿Qué planes de futuro tienes para el grupo Ecos?

Seguir avanzando en el tema digital. La digitalización de empresas y mejorar la plataforma de teleformación son los objetivos más inmediatos.

¿Cómo han cambiado la formación y las necesidades de los alumnos desde 1996?

Hace 25 años internet estaba ahí pero no había smartphones, no podías hacer videollamadas y comunicarte de forma directa. Ha cambiado mucho la metodología. La primera pizarra de la academia la hicimos a mano. Mi socio la cortó y la pintó a mano. De ahí a las pizarras digitales o a estar dando clase en internet, la metodología  ha cambiado de forma brutal y la demanda de la gente también. En Ceuta había antes cinco o seis centros que daban oposiciones para policía nacional y ahora solo estamos nosotros. ¿Dónde están los alumnos? Los alumnos están en internet. La capacidad de tener recursos, la necesidad del alumnado, la forma de dar las clases… todo ha cambiado de la noche al día.

¿Es más sencillo o más complejo?

Ahora hay más acceso. Antes los profesores se guardaban las preguntas tipo test porque eran las buenas. Los alumnos venían buscando eso y el profesor no quería darlas hasta última ahora para tener el alumno ahí atento. Ahora tienes que ser muy bueno, ser incluso mejor que antes, porque esa información está en la red. Antes la metodología era que el profesor daba la charla con mucho arte pero ahora se requiere mucho más porque la forma de llegar es otra, los recursos son múltiples y hay que ponerse las pilas. En cambio el acceso es más sencillo. Piensa en alguien de Jubrique, un pueblo de menos de 1000 habitantes, que antes no tenía acceso a la formación. Ahora se ha universalizado.

¿Aprovechamos todos esos recursos que tenemos a nuestra disposición?

Se aprovecha muchísimo. Te comentaba que tenemos 400 alumnos en red. Eso antes era imposible, necesitaríamos 200.000 metros de aula. Ahora cada uno se organiza y si tiene un hueco en su trabajo porque trabaja de noche, si tiene niños o si está en casa, escoge su horario. Esto facilita la conciliación de la vida familiar y laboral.  Antes la clase era de 6 a 8 y se acabó. Ahora la clase es cuando tú quieras y la gente lo demanda así. Más ahora con la pandemia, porque hay gente que no quiere meterse en una clase con otras 15 personas más.

¿Qué nuevos proyectos tenéis en marcha ahora mismo?

Estamos con un programa del IMSERSO. Es un plan de orientación laboral a personas con discapacidad, en el que nosotros además vamos a las empresas a explicarles cuáles son los beneficios de contratar a personal con discapacidad. Es personal 100% válido para  diferentes puestos de trabajo que tienen una cierta discapacidad y que por ello la empresa puede tener una serie de beneficios. Estamos en esa lucha ahora porque además de ser trabajo es algo muy interesante de hacer.

¿Qué recomendación darías a los ceutíes para el futuro?

En Ceuta animo a la gente a que se forme. El cambio del mercado laboral va a una velocidad brutal. El comercio fronterizo típico aquí, eso hay que pensar que ha muerto. Lo que se está implantando son empresas tecnológicas. Ya hay más de 24 en Ceuta con una serie de puestos de trabajo. Yo animo a la gente a que se forme, en tema de idiomas, que es fundamental, y tecnología. En ese sentido hay mucha formación para la que la administración pone recursos. Aconsejo a la gente mire lo que les gusta pero que también se formen y persigan donde está realmente el mercado laboral. Los cambios son brutales y el que no se adapta se queda atrás.