NEUROPSICOPEDAGOGÍA

Un mes de confinamiento. ¿Y qué hago con los niños?

Un mes de confinamiento. ¿Y qué hago con los niños?
Desde el 14 de marzo nos encontramos en Estado de Alarma en todo el territorio español para evitar la propagación del Covid-19. Esta situación viene acompañada del cierre de todas las instituciones educativas provocando el confinamiento de todos los estudiantes.

Esta circunstancia ha trastocado la rutina familiar y ha creado un nuevo contexto que podría alargarse. Todo ello ha provocado un panorama sin precedentes al que la población no está preparada para afrontar. Además, al confinamiento de los niños se le suma la situación de muchos padres que, desgraciadamente, han sufrido las consecuencias económicas y laborales provocadas por el Covid-19.

Estas condiciones nos llevan a vivir día a día con incertidumbre, preocupación, pánico y ansiedad, sentimientos y senaciones que podemos llegar a transmitir a los pequeños de la casa. Muchos os planteáis qué podéis hacer para sobrellevar este confinamiento de la manera menos traumática.

 

En primer lugar, es importante que preguntemos a los niños qué saben sobre la situación que estamos viviendo y explicarles lo que sucede siempre adaptándolo a su edad y madurez. Es necesario hablarles y transmitirles la información siempre de forma calmada para no proyectar y trasladar sensaciones de ansiedad y angustia en los pequeños.

En segundo lugar, hay que recordar que no son vacaciones que es un acontecimiento extraordinario y eventual en el que debemos confinarnos pero seguir trabajando. Las escuelas han colgado en sus plataformas las tareas y actividades a realizar durante estos días, pero a muchos padres esto les genera dudas y frustación ya que deben asumir de manera temporal el rol de profesor/educador sin apenas recursos y herramientas de gestión. ¿Por dónde empezamos?

 

Ante todo es primordial marcar una rutina que nos permita tener organizadas y planificadas las tareas diarias y de este modo mantenernos activos. Dentro de esta rutina debemos incluir tiempo para cada área sin olvidar las actividades y ejercicios físicos. ¿Por qué? Pues porque al realizarlos generamos neurotransmisores: dopamina, adrenalina y otras hormonas como la melatonina que se generan en nuestro cerebro y que nos aportan un estado de bienestar emocional. Así se potencia la motivación, se reduce la frustración, se minimiza el cansancio y la fatiga de nuestro cuerpo y nos permite descansar mejor.


 

Este tiempo que debemos pasar en nuestros hogares, lo es también para compartir, por ello es fundamental establecer una dinámica colectiva para fortalecer el vínculo familiar como pueden ser juegos de mesa, organizar fotos, leer libros y cómics, escuchar música, hacer coreografías, juegos de mímica, hacer manualidades, pintar, inventar historias, preparar postres, experimentos, etc... Estas actividades además fomentan la comunicación familiar, mejoran nuestras habilidades lingüísitcas, estimula las habilidades sociales y potencia la creatividad.

Es cierto que estamos en confinamiento, pero afortunadamente no estamos aislados. Poseemos una variedad de redes sociales que nos permiten estar conectados con nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo... Es aconsejable que los niños mantengan un contacto diario con sus compañeros de clase y que tengan su espacio para intercambiar con sus amigos sus vivencias y sentimientos con el fin de afianzar el compañerismo, amistad, empatía y afectividad. También es de suma importancia que las familias cuenten con apoyo especializado para gestionar aquellas situaciones que no puedan gestionar. Por esta razón, en Tácticum Neuropsicopedagogía ofrecemos a las familias un servicio de asesoramiento telefónico o vía Skype para solucionar todas vuestras dudas, así como sesiones online de técnicas de estudio para aquellos estudiantes que lo requieran.

 

Este momento de privación de muestras de afecto, de mantener distancias, de confinamiento en nuestos hogares lo podemos aprovechar para realizar un trabajo de autoconocimiento, para mejaorar nuestra inteligencia emocional y renovarnos a nivel personal impulsando la creatividad como recurso para resolver situaciones adversas, para comunicanos con nuestros seres queridos; con el fin de que cuando regresemos a nuestros puestos de trabajo y los estudiantes a sus rutinas escolares podamos dar lo mejor de nosotros. Mientras tanto QUEDÉMONOS EN CASA.

 

 

Siham Lamrine

Tácticum Neuropsicopedagogía

www.tacticum.es

 

Un mes de confinamiento. ¿Y qué hago con los niños?