DANIEL RODRÍGUEZ CASTILLO
DANIEL RODRÍGUEZ CASTILLO

PASEN: LÍNEA DE POLICÍA

Orgulloso de ti, Ceuta

Orgulloso de ti, Ceuta

 "Suenan las campanas, el tic-tac de mi corazón…nervio y ansia hacen acto de presencia, como al Gladiador". 

Un cúmulo de sensaciones me invade al escribir palabras que suceden una tras otra, como esas notas musicales que se convierten en melodía y te llevan lentamente de la mano a varias dimensiones anímicas. Como esos dedos que tocan las teclas de un piano, y van sonando tonos diferentes que unidos se convierten en un Océano de emociones, al igual que las gotas de agua que se fusionan. 

Ceuta, ese oasis en el desierto. Esa perla en el Mediterráneo, la siempre noble y leal, que muestra al mundo entero ser un ejemplo de valentía y solidaridad. 

Desde la Península te veo caerte, y sin sacudirte las rodillas, volverte a levantar. Te desangras, y lamiéndote las heridas, vuelves a caminar. Cuánto me sigues aportando. Enseñando desde la distancia que nos une, porque nunca nos llegamos a separar. 

Observo desde los diferentes medios de comunicación, como hombres y mujeres pertenecientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y al Ejército, comparten cometido: ser un muro. Un muro que entrega su vida y su honor, para defender a las personas (todas) y mantener la tranquilidad ciudadana. No entro en política, ese cometido lo dejo, para los que se ocupan de ella. 

Vivimos bajo el paraguas de la libertad, que sus labores profesionales nos proporcionan. No hay libertad sin seguridad. Cuanta más seguridad haya, más libres seremos. 

Esos garantes de nuestra seguridad, realizan su difícil cometido en un punto intermedio. Queridos y odiados a partes iguales. Con un objetivo claro y definido, que nunca llueve de forma que contente a todos. En ese contexto, Policías Nacionales, Guardias Civiles, Policías Locales y Militares, trabajan manteniendo el equilibrio entre la necesaria firmeza  y la deseada humanidad. Cometido de complejidad elevada, ya que no se posicionan en un extremo, recorren la línea, de punta a punta. 

Por eso, y sin querer quitar ni un ápice de emoción al abrazo de Luna, quisiera resaltar los abrazos de mis hermanos de oficio, que jugándose la vida y sin desatender el cumplimiento de su deber, los han dado por ejemplo, para rescatar a un niño que se había quedado atrapado en la valla fronteriza del Tarajal o a un bebé de pocos meses que se encontraba en el mar aterido de frío y amarrado a la espalda de su madre. 

Esos abrazos son símbolos. De seguridad y de libertad. Realizados por aquellos a los que su deber de sacrificio, les lleva a abrigarse con la manta de la solidaridad, mostrando que dentro de su parcela profesional y sin apartar la incomprensión de la misma, ponen su integridad al servicio de los demás. 

Lástima que unos pocos, han querido ejercer su derecho a la libertad de expresión con violencia. Con insultos, amenazas, agresiones, atentados, dañando el mobiliario urbano…pensando que a ese derecho, no hay nada que ponga coto a sus limitaciones. Que justifican buscando la excusa eterna de siempre. 

Pero nos han vuelto a enseñar, mostrando aquello que no debe de ser ejemplo de nada. Es de manual: así no. 

Y los garantes de nuestra libertad y seguridad, la de todos, porque todos tenemos derechos y estos no deben pisar jamás los del resto, visibilizaban por enésima vez, el orgullo que generan al poner orden en el desorden y velar por el mantenimiento y restablecimiento de la seguridad ciudadana. Teniendo al Jefe Superior de Policía, batiéndose el cobre en primera línea, recibiendo el lanzamiento de una piedra que impactó en una de sus rodillas, previo lanzamiento de una silla de playa; que desencadenó después de supeditarlo todo a aquello que tenían delante, la defensa a ultranza de los derechos fundamentales y libertades públicas, protegiendo paralelamente a su mando bajo el imperio de la ley, como las abejas protegen a su reina. Valores y principios, que escasean en la sociedad actual. 

Por último, la imagen que se define con una sola palabra: RESPETO. Una mujer que profesa la religión musulmana, limpiando los destrozos ocasionados en el altar del Cristo de Los Afligidos. Me quedo sin palabras. Si lo anterior no era ejemplo de nada, esto que  destaco, es ejemplo de todo. Gracias por esa lección que nos ha ofrecido con un solo gesto. 

Si dudábamos de algo, sepan que aún hay espacio para la esperanza. Los últimos episodios acaecidos en la Ciudad de Ceuta, han tenido vertientes negativas, pero una vez más, Ceuta se ha vuelto a levantar…y la humanidad de las personas, ha doblegado con creces esos impedimentos surgidos, mostrando al mundo entero, la positividad de lo ocurrido. 

ORGULLO CABALLA. 

Orgulloso de ti, Ceuta