A pesar de no gozar de tan buena fama y quedar a menudo relegado a un arte menor si se equipara con ciertas modalidades de comunicación o formatos narrativos, el cómic siempre ha sido depositario de historias fascinantes y creatividad inagotable desde prácticamente su nacimiento.

En los tiempos presentes, esta prejuiciosa valoración ha sido susceptible al cambio a consecuencia de grandes y magníficas obras que, en algunos casos han trascendido incluso el mundo de las viñetas.

Ejemplos como los míticos héroes de Marvel o DC se cuentan por cientos, pero se dan del mismo modo casos mucho menos vistosos aunque de importancia semejante.

Una de estas piezas a las que se le puede adjudicar sin ningún tipo de inconveniente la etiqueta de «atemporal» es el manga japonés El Lobo Solitario y su Cachorro, del reconocido guionista Kazuo Koike –responsable de títulos como Crying Freeman (1986-1988)– y el ilustrador Goseki Kojima, que saltaría a la fama con esta obra.

Publicado originalmente en la década de los 70 en la revista Weekly Manga Action, El Lobo Solitario y su Cachorro relata la historia de redención y supervivencia de Ogami Itto, un samurái que, tras ser víctima de una conjura en la que su esposa es asesinada, clamará venganza contra los perpetradores del crimen.

En compañía de su hijo de 3 años Daigoro, realizará todo tipo de encargos como mercenario mientras urde con paciencia su plan para hacer justicia en nombre de su difunta mujer.

La obra rápidamente se convirtió en todo un éxito dentro de la industria, llegando su edición a EEUU de manos del autor de culto Frank Miller –responsable de Sin City (1991)– y a nuestras tierras a través de Planeta deAgostini.

Contaría de igual modo con un sinfín de adaptaciones cinematográficas como la reinterpretación realizada en el año 2002 por el británico Sam Mendes, que cambiaría el Japón feudal por la América de la Gran Depresión en su fantástica Camino a la Perdición.

Hechos así demuestran que siempre y cuando se configuren relatos brillantes como el de Koike y Kojima, el mundo podrá dejar de lado su recelo hacia el cómic para sumergirse en las excitantes y conmovedoras lecturas que este le depara.