Durante una década, ininterrumpidamente desde 1995 hasta 2005, la llegada del verano se asociaba al 'Grand Prix del verano', que se emitía en La 1, de Televisión Española. Fueron once temporadas en antena que convirtieron al programa que presentaba Ramón García en un clásico del verano.

El programa consistía en una serie de pruebas que debían superar los concursantes, sacadas de los pueblos de España. Podían participar las localidades de menos de 50.000 habitantes (aunque en la primera edición, que se llamó 'Cuando calienta el sol', el límite era de 5.000 habitantes), representadas por el elegido, el concursante, el cual traía como público y apoyo moral a una comitiva de su pueblo, encabezada por el alcalde. En total eran 30 participantes y además se le sumaba como ‘padrino’ o ‘madrina’ un famoso, un niño o niña del pueblo y una mascota también del pueblo.

Las pruebas eran de todo tipo pero las relacionadas con vaquillas eran el elemento central. Aunque había desde carreras de obstáculos hasta bolos, ‘patatas calientes’ o pruebas de conocimientos. Los pueblos aclamaban a muerte a su concursante y el público (también desde casa) tenía las risas aseguradas.

El estilo del programa -aunque especialmente el presentador, mítico de estos concursos además de las campanadas-, lograba que en la mente del espectador se reflejara la asociación a programas como ‘¿Qué apostamos?’. También te transportaba a clásicos formatos como ‘El juego de la oca’ o incluso ‘Humor amarillo’, en versión española.

Este verano aún pandémico, Televisión Española se ha aventurado a estrenar la versión 2021 de aquel clásico. Se trata de ‘Rural Prix’, con Marina Sala como conductora del magacine. El programa se estrenó ayer lunes en horario vespertino, siendo la versión festiva del ‘España directo’. El debut corrió a cargo de la localidad Maçanet de la Selva, en Girona, donde sus vecinos se enfrentaron a la prueba de ’La patata refrescante’, una versión menos calurosa de ‘La patata caliente’. Consistía en que los vecinos tenían que pasarse un globo de agua mientras daban a conocer su pueblo y sus productos típicos.

A lo largo del verano, la previsión es que Sala recorra 25 pueblos de nuestros país realizándole pruebas a sus vecinos. La primera prueba cambiará cada día, pero seis vecinos del pueblo serán los encargados de dejar en buen sitio a su pueblo. La segunda parte del concurso mostrará las diferentes pruebas del Rural Prix, en la que doce concursantes participarán elaborando a lo largo de los diferentes programas un ‘ranking’ de pruebas de todos los pueblos. Y por último, la tercera parte del programa sacará el lado más musical del pueblo. En ’Canta la letra’, los vecinos tendrán que demostrar sus conocimientos musicales entonando todas las notas de las canciones más conocidas del verano.

 Además cada pueblo tendrá su embajador, el cual dará a conocer al público los productos típicos de su localidad. Un programa para nostálgicos pero también para promover y recuperar el turismo por los pueblos de la geografía española.