El último miércoles de marzo se conmemora en España el ‘Día Nacional del Trasplante’, una fecha de la que podemos estar “orgullosos” como país pues España se encuentra entre quienes lideran las donaciones de órganos en el mundo. Es “un motivo para sentir orgullo de país, ya que se caracteriza por el talento y el compromiso de los profesionales sanitarios, el avance científico, la solidaridad y la humanidad”, ha destacado a este respecto la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

Lo ha hecho este miércoles, día 30 de marzo, coincidiendo con esta jornada y en referencia al buen desempeño y liderazgo internacional del Programa de Donación y Trasplante de España.

Darias, en el acto institucional organizado, con motivo de esta jornada, por la Unión de Trasplantados de Órganos Sólidos en colaboración de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Fundación ONCE, ha hecho especial hincapié durante su intervención en “el buen funcionamiento” de este programa durante la pandemia provocada por la COVID-19. “En estos dos últimos años más de 9.000 pacientes han recibido un trasplante, se han podido resolver más de 400 urgencias cero, 356 niños han recibido un órgano y 226 pacientes hiperinmunizados han podido recibir un trasplante”, ha aportado la ministra.

Esta fecha pretende ser un aliciente y dar visibilidad a esos millones de personas que optan por donar, ya sea en vida o dejando ese mensaje a sus familiares, una parte de sí mismo para ayudar a los demás.

A nivel local, el coordinador de trasplantes del Ingesa de Ceuta, Enrique Laza, explica en ese sentido que existen dos tipos de donantes, según la procedencia del órgano o tejido: los donantes vivos realizan la donación en vida, sin que eso suponga un riesgo añadido para su salud. Sólo se puede ceder en vida un riñón completo o bien partes del hígado, del pulmón o del páncreas. También se pueden donar tejidos en vida, como precursores de las células de la sangre (con la donación de sangre periférica, médula ósea y cordón umbilical), tejido óseo, membrana amniótica y piel. Por su parte, los donantes fallecidos son las personas que donan sus órganos y tejidos tras su fallecimiento, que se puede producir por el cese de la actividad del encéfalo (el cerebro y el tronco cerebral, situación conocida como muerte encefálica) o bien por el cese irreversible de la actividad del corazón (donantes en parada cardiaca).

El coordinador de trasplantes también ha recordado que “prácticamente todos podemos ser donantes, independientemente de nuestra edad, de las enfermedades que hayamos padecido y de los tratamientos que estemos recibiendo”. “Existen muy pocas situaciones en las que no es posible convertirse en donante de ningún órgano ni tejido. Esto sólo ocurre cuando el posible donante sufre de alguna enfermedad infecciosa (como el SIDA, por ejemplo) o ha presentado algún tipo de cáncer muy agresivo, que podrían ser transmitidos al receptor”, ha explicado. Como ejemplo, si una persona de 77 años  que sufrió un infarto de miocardio hace años no puede donafallece de un infarto, no podrá donar el corazón pero sí el hígado y los riñones.

En cuanto a las cifras, en 2021 se ha alcanzado la cifra de 40,2 donantes por millón de población. Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), el Programa de Donación y Trasplantes alcanzó nuevas cifras de crecimiento en la historia de los trasplantes, registrando el pasado año 2.950 trasplantes renales, 1.078 hepáticos, 362 trasplantes de pulmón, 302 cardíacos, 82 de páncreas y 7 de intestino.