Marta Ruiz: “Mi mayor satisfacción es ver que los niños de Autismo Ceuta son cada vez más autónomos"

Marta Ruiz: “Mi mayor satisfacción es ver que los niños de Autismo Ceuta son cada vez más autónomos"

Lavarnos los dientes o atarnos los cordones son acciones que hacemos a diario de forma automática, sin necesidad de pensar. Sin embargo, muchos niños con TEA (Transtornos del Espectro Autista) requieren un aprendizaje específico para cada acción cotidiana. La terapeuta ocupacional Marta Ruiz ha acompañado a los niños de la Asociación Autismo Ceuta durante un programa de estimulación cognitiva realizado en la Residencia Gerón.

¿En qué consistió este taller?

Cada semana llevamos grupos de dos o tres niños a las instalaciones de la Residencia Gerón para realizar un programa de estimulación cognitiva. El programa lo hemos llevado a cabo un terapeuta ocupacional y un psicólogo, realizando diferentes talleres de praxias, ocio y gestión emocional. El objetivo es que los niños mejoren su autonomía, sus habilidades sociales y sus capacidades cognitivas. Hemos utilizado la aplicación neuronal, que tiene diferentes herramientas a modo de juego para que los niños mejoren todo lo anterior y se diviertan el proceso. Además los niños han tenido la oportunidad de socializar entre ellos y crear un vínculo mientras utilizaban diferentes tecnologías, como tablets de grandes dimensiones, tablets convencionales y la Play 4.

 

¿Por qué es tan importante que los niños de la asociación refuercen estas habilidades?

Es importante porque los niños que tienen TEA suelen presentar déficit en estas áreas y con este programa, además de las terapias habituales, tienen un refuerzo de manera divertida, que les ayuda a mejorar y a alcanzar su máximo potencial.

 

Esto lo hacéis a través del ejercicio de distintas praxias, ¿en qué consiste exactamente este concepto?

La praxia es la forma en la que hacemos las cosas. Todo lo que llevamos a cabo para conseguir un objetivo, desde la vista hasta el movimiento. Tienen muchísima relevancia en las actividades de la vida diaria. Hay praxias de todo tipo, como las orofaciales o las visoconstructivas, y son lo que hace que podamos actuar en nuestro día a día, desde hablar hasta ponernos un zapato. Cada tipo de praxia afecta a determinada actividad. Por ejemplo, si tenemos dificultad en las praxias orofaciales, tendremos problemas en la alimentación y en el habla. Si un niño tiene problemas para realizar una pinza con los dedos, no podrá hacer toda la actividad que conlleva detrás. 

 

Vosotros trabajáis estos aspectos todos los días, ¿qué aporta un taller puntual?

Lo mejor de las terapias es que tengan duración en el tiempo. Hay niños aquí que levan mucho tiempo, pero este tipo de programas hace que se salgan de la rutina y eso también les ayuda a trabajar la flexibilidad.  Además permite que conozcan a otras personas y que sociabilicen entre ellos, como ha sido el caso.

 

 

¿Cómo surgió la idea de poner en marcha esta iniciativa?

La residencia Gerón contactó con nosotros para poner en marcha el proyecto. Viendo que los perfiles de niños que había aquí encajaban con lo que ellos hacían, nos propusieron participar. Necesitaban grupos de niños y que alguien de dentro de la asociación los acompañara. Como los talleres estaban gestionados por un terapeuta ocupacional y un psicólogo, pues yo he hecho la parte del terapeuta y los he acompañado durante este programa.

 

Además del éxito de las actividades realizadas, ¿hay algo que te haya llamado la atención del programa?

Lo que he visto es que les ha ayudado mucho a socializar entre ellos. Se ha notado mucho del primer viaje en coche al último. Han pasado de no saludarse a comentar cosas que han hecho en sus colegios. Es una gran diferencia en solo 3 o 4 semanas.   Ahora se ven en la asociación y se saludan, se conocen y preguntan el uno por el otro.

 

Como terapeuta ocupacional, ¿en qué consiste tu día a día?

Explicado en breve, en conseguir la mayor autonomía personal para los niños. En mi gabinete lo que hay son pinzas de ropa, cordones, trabajar vestirse solo, lavado de dientes… Eso en lo que estamos ahora muy metidos. También trabajo las habilidades sociales junto con la psicóloga. Eso es lo que más hago en el día a día ¡atar muchos cordones!

 

¿Hasta qué punto pueden ser independientes los niños?

El punto de autonomía que pueden llegar a alcanzar depende del niño. Hay aquí niños de 11 años que casi lo hacen todo. Algunos doblan la ropa mejor o igual que yo. Hay otros que necesitan mucha más ayuda. Algunos siempre van a necesitar ayuda, ya sea verbal o productos de apoyo, mientras que otros van a conseguir casi la máxima autonomía.

 

Aquí reforzáis las habilidades de los niños en cada sesión. Una vez en casa, ¿qué papel juegan los padres en el aprendizaje?

Los padres son esenciales. Si los niños aquí trabajan en hacer algo de manera totalmente independiente y autónoma pero en casa el padre o la madre le realiza esa actividad de al vida diaria, el niño nunca llega a aprenderlo. Por eso es muy importante que los padres estén implicados y no le hagan esa actividad en casa.

 

Tu trabajo es muy vocacional, ¿cuál es la mayor satisfacción cuando llegas a casa?

Mi mayor satisfacción es ver que cada vez son más autónomos. Tengo niños que hace un mes no podían abrochar un botón y que ahora sí son capaces. Otros  que han aprendido a atarse los cordones en un mes y medio. Eso a mí me llena de satisfacción, ver cómo aprenden a ser capaces de hacer cosas por sí solos.

 

 

Marta Ruiz: “Mi mayor satisfacción es ver que los niños de Autismo Ceuta son cada vez más autónomos"