Yasmina Mohamed: “La disciplina del trabajo social permite estar al lado de las grietas sociales, conocer dónde se encuentra el origen y cuál es la respuesta”

Yasmina Mohamed: “La disciplina del trabajo social permite estar al lado de las grietas sociales, conocer dónde se encuentra el origen y cuál es la respuesta”

Como trabajadora social con más de 15 años de experiencia en el Centro Penitenciario de Ceuta, Yasmina Mohamed no pierde de vista los objetivos que la animaron durante su formación universitaria. A diario, busca cambiar las realidades sociales desfavorecidas de las personas privadas de libertad, fomenta su desarrollo integral y la mejora en la comunidad donde se desenvuelven, además de ejercer como secretaria del departamento de Igualdad del centro. Los reconocimientos oficiales por su labor y por su dedicación, demuestran que la cita de Heinz Zschokke “es infinitamente más bello dejarse engañar diez veces que perder una vez la fe en la humanidad” es su guía para afrontar los retos de la realidad penitenciaria ceutí.

El trabajo social es una profesión muy vocacional.

¿Qué te inspiró para formarte en ello? Efectivamente el trabajo social es una profesión que debe despertar un interés especial y una inclinación hacia la potenciación de cambios de aquellas situaciones que no encajan socialmente. Realmente, no fui yo quien descubrió esta vocación en mí, sino mi madre quien, desde bien pequeña, señalaba la profesión del Trabajo Social como idónea para mí. El dicho de que las madres tienen un ojo clínico en mi caso es innegable. Cuando inicié la formación en el año 2001 en Linares-Jaén, la primera pregunte que me hice fue cómo mi madre sabía que yo encajaría aquí. Cada asignatura guardaba un mensaje, una misión, una tarea, que iba perfilando en mí lo que es ahora mi vocación y mi profesión. La disciplina del trabajo social permite estar al lado de las grietas sociales, conocer dónde se encuentra el origen y cuál es la respuesta.

 

¿Qué te ha impactado más en la práctica de tu profesión?

A lo largo de mi experiencia sigue impactándome, y de forma positiva, visualizar cómo las personas, a pesar de la dureza de sus circunstancias, se esfuerzan por conseguir una mejora en su realidad social, por superar sus obstáculos y aprender estilos de vida que mejoren sus circunstancias o en trazar cambios para su desarrollo integral.

 

¿Cuál es el primer paso del proceso a la hora de atender a un nuevo usuario?

El primer paso se inicia con la entrevista. Es una de las herramientas más importantes en nuestra disciplina. De ella se desprenden datos e información que son tajantes para conocer la realidad que rodea a la persona que requiere de nuestra asistencia o gestión. En primer lugar, para iniciar una entrevista trabajo social- usuaria/o debe existir una causa. En mi caso, por el medio en el que me desenvuelvo, las causas son de origen penal y/o penitenciario. Se trata de personas que han infringido las normas establecidas en nuestro código penal y, por ello, un juzgado les decreta una pena, que puede ser de privación de libertad o alternativa al ingreso en prisión. Como trabajadora social me interesa conocer el origen de esa persona, las circunstancias que lo engloban, sus carencias y dificultades, así como su situación social, familiar, económica, formativa, sanitaria y laboral. Con esta información construimos el diagnóstico social, que es la pieza clave para establecer una serie de propuestas e intervenir con el objetivo de conseguir cambios.

 

Una de principales tareas del trabajador social es la reeducación y la reinserción. ¿Qué dificultades encuentras a la hora de desarrollar esta labor?

Una de las primeras limitaciones con la que me encuentro está basada en la poca creencia que existe socialmente en la reinserción y reeducación social. El hecho de ingresar en un centro penitenciario o estar bajo la sujeción de una medida alternativa a la prisión lleva a la persona a ser cuestionada, infravalorada y rechazada socialmente. Esto suele ser un obstáculo en el camino para conseguir nuestros objetivos. Por otro lado, para establecer un proceso de cambio real y sostenido en el tiempo es importante el trabajo en red desde los departamentos de trabajo social de los centros penitenciarios. Es la sociedad, con su red de recursos públicos y privados, entidades y servicios comunitarios, incluidas también las familias de estas personas, quienes representan la clave prioritaria para reinserción y reeducación social.

 

¿Cómo influyen las particularidades de Ceuta (tasa de desempleo, escolarización… etc.) en ello?

En Ceuta, por ejemplo, estamos trabajando para que esta red funcione. Es importante el tratamiento penitenciario que desarrollan en el interior de la prisión los distintos profesionales de la institución penitenciaria. Personalmente, opino que es fundamental la intervención desde el exterior, desde la realidad social de donde se saca a la persona por infringir las normas, pues si el objetivo es la reinserción social, familiar, laboral, educativa, formativa o sanitaria, este proceso de transformación debería ser desarrollado dentro y fuera de las prisiones, de tal forma que se establezcan vínculos y redes de apoyo favorables al cambio. Como trabajadora social, me observo como herramienta clave para la gestión de estos recursos.

Como trabajadora social, debes analizar todo tipo de situaciones personales y también familiares. ¿Qué factores comunes principales hay en el entorno de los usuarios del centro penitenciario?

El factor más común con el que me he encontrado es el perfil de personas con bajo nivel de estudios y formación profesional, lo que desencadena situaciones económicas precarias, en su mayoría procedentes del desempleo o trabajos inestables que generan poco ingresos. Por ello, uno de los objetivos principales del departamento de trabajo social es la adquisición de un nivel de estudios adecuado y una capacitación profesional útil que les permita acceder al mercado laboral. El ingreso en prisión ocasiona, en determinadas personas, otra serie de daños colaterales, como puede ser la desestructuración familiar, afecciones en la salud mental, empeoramiento de la situación económica, pérdida de vínculos de apoyo en el exterior o inicio de consumo de sustancias tóxicas. Por otro lado, una cuestión importante en la que estamos trabajando es la creación de estilos de vida saludables. Gracias al Pacto Institucional contra la Violencia de Género, en el Centro Penitenciario de Ceuta se ha creado una comisión de igualdad formada por personal funcionario de la institución, de la que me satisface enormemente formar parte. Desde este departamento establecemos acciones que contribuyen al aprendizaje y concienciación de la igualdad efectiva entre las personas que se encuentran cumpliendo condena, sin establecer discriminación alguna por razón de raza, sexo, religión o ideología. Este departamento se ha creado también para ser observatorio de las situaciones que podrían ser mejoradas entre el personal funcionario, con el fin de impulsar la igualdad de oportunidades y evitar situaciones de discriminación.

¿Qué medidas puedes tomar como trabajadora social para mejorar las deficiencias que detectas?

Las medidas que se llevan a cabo son las establecidas dentro de los programas específicos de intervención en el tratamiento penitenciario, elaborados en la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, por profesionales y especialistas, del que participan compañeras/ os del trabajo social, con el fin de conseguir el desarrollo integral de la persona que cumple condena. Como trabajadora social, creo que tengo la responsabilidad de conocer la red de recursos de que dispone la ciudad de Ceuta, de la que hacemos uso de forma inmediata para paliar situaciones de riesgo o para el desarrollo de talleres, programas o formaciones que beneficien a nuestro colectivo. Entre otros puedo hacer referencia a algunas entidades como Cruz Blanca, Acefep, Plena Inclusión, Mujeres Progresistas de Ceuta, Cruz Roja, Cepaim, etc. Esta red de recursos, junto con la familia, favorecen la promoción y la atención de las necesidades concretas, así como la de generar cambios.

 

El trabajo de prevención de los trabajadores sociales penitenciarios pasa quizá más desapercibido. ¿Por qué es fundamental?

El proceso de prevención es continuo, teniendo en cuenta que, desde el primer momento que ingresan en prisión o inician el cumplimiento de una medida alternativa, estas personas reciben una serie de pautas y acciones vinculadas hacia su reinserción y reeducación social. Cuando realizan una acción formativa o terapéutica, la relación se inicia desde el compromiso y la voluntad de la persona sujeta a una medida penal. Esta aceptación es entendida como una de las pautas de la reinserción y la reeducación social. Con ello quiero decir que es la propia comunidad con su red de recursos quien funciona como herramienta de prevención. Como trabajadora social que debe conocer la comunidad y el contexto social en el que se está incorporando esta persona, y que además formamos parte de un equipo técnico, me siento en el deber de valorar qué acción es la idónea, según las necesidades y carencias que presenta la persona en cuestión. Durante el proceso de reeducación es imprescindible la coordinación con las redes de apoyo, familiares o servicios comunitarios, pues son los que nos irán dando la clave de cómo se está estableciendo ese proceso de reinserción, que a veces funciona y otras veces no.

 

A nivel personal, ¿cómo lidias con las situaciones más difíciles o que no progresan?

Las situaciones difíciles son las que más se enquistan y probablemente de las que más cuesta pasar página. Son aquellas en las que el fracaso de una recaída o la reincidencia en la actividad delictiva generan malestar, no solo a la propia persona, sino a su entorno más cercano, a veces compuesto por padres, madres, hijos, parejas o amigos. La mejor manera de lidiar con las situaciones que no progresan es volviéndolo a intentar, recapitulando las acciones que no han dado fruto y valorando otras intervenciones. El colectivo de trabajo social no solemos rendirnos fácilmente ante situaciones adversas.

 

¿Y qué situaciones te dan mayor satisfacción cuando ves buenos resultados?

Supongo que coincidiré con muchas compañeras/os. Es bello ir caminando por la calle y ver a una persona con la que has trabajado previamente, de la que has conocido sus debilidades y temores, sus proyectos o sueños, caminando con su familia y mirar al frente desde la calma y la seguridad de que todo va bien. O entrar en un supermercado y ver al o la dependiente que has atendido en el contexto penitenciario realizando una actividad laboral que promueve su bienestar. Es gratificante. Realmente son situaciones en las que siento que he ofrecido algo que ha podido ayudar a cambiar la vida de una persona que se encontraba a oscuras. La disciplina del trabajo social es una ciencia social que nos enseña desde la ética una manera de sanar de forma transversal, donde ponemos de relieve la importancia del contexto social, de la comunidad y de la familia, no solo para descubrir qué genera el malestar o dónde se encuentra la herida de la persona, sino porque, además, este contexto nos puede aportar las claves de por dónde ir caminando para conseguir beneficios.

Yasmina Mohamed: “La disciplina del trabajo social permite estar al lado de las grietas sociales, conocer dónde se encuentra el origen y cuál es la respuesta”