DANIEL RODRÍGUEZ CASTILLO
DANIEL RODRÍGUEZ CASTILLO

PASEN: LÍNEA DE POLICÍA

¿Cómo actuar ante francotiradores criminales?

¿Cómo actuar ante francotiradores criminales?
Montaje con persona gritando con cara borrosa

La Policía ha de enfrentarse, en ocasiones, a criminales que abren fuego de modo indiscriminado. A continuación indicamos las circunstancias a tener en cuenta y cómo intervenir en esas situaciones.

 

Casuística: puede ocurrir en cualquier País

Clave preventiva: dificultar el acceso a las armas de fuego

Recopilando antecedentes destacados de tiroteos, a modo de ejemplo:

  • Alemania, 2009; en una escuela, un ex-alumno mata a 15 personas; 9 son compañeros.

  • Utoya (Noruega), 2011; neonazi mata a 77 jóvenes e hiere a 151 en un acto político.

  • Denver, 2012: disfrazado de “Joker” mata a 14 personas en un cine, dejando 50 heridos.

  • Las Vegas, 2017: mata a 59 personas, hiere a más de 500 en festival de música (se suicidó).

  • Texas, 2018: un menor mató a 10 compañeros (hirió a 10 más), armado con recortadas.

  • Barcelona, 2015: otro menor, con ballesta, machete y cóctel molotov, mató a un profesor e hirió a varias personas.

  • Tarragona, 2021: vigilante de seguridad disparó a 3 compañeros y a un policía.

Tiroteos recientes en EEUU

Cartel de la Policía de Nueva York

En hora punta en el metro de Brooklyn, Frank James, tras abrir dos botes de humo y cuando la visibilidad comenzó a comprometerse, efectuó más de una treintena de disparos.

 

Hubo 29 heridos tanto de bala como por inhalación del humo y por la estampida generada.

 

James iba provisto de un chaleco de color naranja similar a los utilizados por los obreros de la construcción y una máscara antigás ocasionando un caos que originó la histeria de los ciudadanos, con peligro para la integridad de las personas.

 

Once días después, en Washington, en una zona de nivel socioeconómico alto (entre los barrios de Van Ness y Cleveland Park), un individuo abre fuego contra viandantes hiriendo a cuatro personas. Un colegio próximo se blindó ante la posibilidad de que el agresor entrara en sus dependencias y cometiera una masacre, como ha sucedido en ocasiones anteriores.

 

Diferencias entre agresiones: el síndrome AMOK

El caso de Nueva York más parece un individuo que actúa de forma premeditada. Se trata de alguien con problemas psiquiátricos pero con numerosos antecedentes delictivos.

 

La forma en la que preparó el ataque indica que no fue un episodio momentáneo de ira.

 

Independientemente de su enfermedad mental, si la tiene, planificó a sangre fría su acción violenta.

 

Lo acontecido en Washington parece más propio del síndrome de Amok, una palabra fruto de otra compuesta de la lengua malaya: meng-âmok.

 

Parece que fue en Malasia donde se analizó por primera vez la forma brusca de atacar a otros con ira descontrolada y sin móvil aparente. En los últimos tiempos se tiende a considerar Amok sucesos que probablemente no lo sean.

 

La característica principal de un acto criminal Amok es la agresión indiscriminada por una locura transitoria, existiendo o no una previa crisis de agitación brusca pero que en cualquier caso se desconoce, estando el sujeto preso de una ira sobrevenida.

 

La Policía de Washington encontró a un tal Raymond Spencer muerto en un edificio próximo al tiroteo; se había suicidado. Es también algo común en los afectados por el síndrome Amok: o acaban con su vida o son abatidos por las Fuerzas de Seguridad.

 

Los psiquiatras lo tienen complicado para diferenciar entre personas que ya de por sí estaban bloqueadas por una situación difícil por la que pasaran, pudiendo dar lugar a una explosión agresiva y quiénes de repente, sin motivo aparente, se dejan llevar por un ataque de furia agrediendo a cuantos encuentran a su paso.

 

Recomendaciones de actuación policial

La operación jaula encierra al agresor en una zona vigilada

Las graves consecuencias, tanto para la integridad física de las personas como para los bienes, derivadas de la comisión de incidentes como los revisados en el presente artículo, imponen la existencia de un plan de actuación ágil y eficaz.

 

El objetivo principal es neutralizar la amenaza; una vez conseguido esto, habrá dos prioridades:

  1. Atender a los afectados

  2. Limitar los estragos causados

Se pondrán todos los medios para contener la amenaza en el menor tiempo posible pero de forma ordenada. Lo primero es identificar, localizar y detener a los criminales impidiendo así que causen más víctimas. Si las circunstancias lo requieren y no puede efectuarse la detención con garantías, dispararles a zonas del cuerpo no vitales.

 

Como última instancia, los agentes abaten al sujeto si la vida de los ciudadanos o la suya propia corre peligro

 

De suma importancia resulta recabar toda la información posible para comunicar, con carácter urgente, los datos obtenidos al mando operativo, responsable de la adopción de medidas preventivas y de abrir líneas de investigación. Será este escalón el que informe a los superiores para que tomen las decisiones más adecuadas de modo coordinado.

 

La idea que ha de prevalecer en todo el proceso es evitar que la situación de crisis se amplíe a otras zonas; es por ello que se activa la operación "Jaula", que cerca a los asesinos, estableciendo controles policiales.

 

Establecemos tres círculos en torno a la zona de intervención:

  • Zona fría: en la que no existe peligro, acordonada.

  • Zona templada: intermedia, dentro de la anterior.

  • Zona caliente: próxima a la intervención operativa.

 

En la zona fría se establece el puesto de mando operativo desde el que informarán a los familiares.

 

Conclusiones: la seguridad absoluta no existe

El riesgo cero es imposible

Por muchas medidas preventivas que se tomen, no puede garantizarse la seguridad absoluta.

 

Siempre queda ese riesgo residual, que obviamente, debe de ser asumido.

 

Hablamos de la existencia de una amenaza y una vulnerabilidad.

 

La amenaza es aquello con capacidad de causar un daño y la vulnerabilidad, la poca o nula defensa ante ese daño. Por ejemplo, la amenaza sería un incendio en un establecimiento, y la vulnerabilidad, la inexistencia de medidas de protección pasivas como extintores, alarma, puertas de emergencia, etc…a mayor vulnerabilidad, mayor es el riesgo.

 

Para prevenir ese riesgo, los tres pilares de la protección:

  1. Anticipación

  2. Identificación

  3. Resolución

La Policía tiene que poner orden en el desorden. Hacer lo común en situaciones fuera de lo común.

 

Los agentes de Policía han de sentirse cómodos en la incomodidad; tienen que saber gestionar el caos que se produce tras un acto criminal.

 

No podemos ordenar algo, si previamente nosotros no estamos ordenados. No podemos controlar nada, si previamente no hemos establecido los agentes ese control.

 

El autor, Daniel Rodríguez Castillo, es responsable del Grupo Operativo de Apoyo y Prevención (G.O.A.P.), de la Policía Local de Los Barrios (Cádiz); Máster en fenomenología terrorista por la UGR. Máster en Protección Civil y Gestión de Emergencias (Universidad de Valencia). Colaborador de la Red SAFE WORLD

¿Cómo actuar ante francotiradores criminales?